29.8.12

Gracias al tango

Nunca fui a tantos conciertos de tango como en los últimos cuatro años que vivo en San Pablo. Qué suerte la mía de estar en una ciudad que trae a bandas y artistas como Escaladrum, Violentango, Amelita Baltar, Rodolfo Mederos...

Descubrí en la música una forma de conectarme con la Argentina. Parece un cliché de quien vive afuera, pero siempre que estoy en esos auditorios me invade una sensación muy fuerte, una especie de melancolía y felicidad, que se alternan y se mezclan desordenadamente.

El sábado pasado (25) tuve otro de esos momentos. Fui a ver un show de Diego Schissi, pianista y compositor argentino, con la orquesta paulistana Jazz Sinfônica.

Fue en el Auditorio Ibirapuera, proyectado por Oscar Niemeyer, autor de tantas obras arquitectónicas en Brasil y en el mundo. Vale mucho la pena ir a un espectáculo en ese lugar. Primero porque tiene una propuesta muy democrática, ofreciendo entradas a precios baratos para facilitar el acceso a la cultura (el show de Schissi salía R$ 20, por ejemplo). Segundo porque el edificio es increíble -- tiene una forma orgánica roja que circula por el interior del hall de entrada y después se repite hacia afuera, como si fuese una lengua. Hay algo más: el fondo del auditorio se puede levantar, para poder invertir la orquesta y posicionarla frente al parque Ibirapuera. De esa forma, se pueden ver conciertos gratis al aire libre. (ver fotos abajo)



El sábado, la Jazz Sinfónica empezó sola, tocando Por una cabeza, de Gardel. Fue una versión diferente, especial. Después siguió con Oblivion, de Piazzolla, también impactante y con un solo de saxofón. El público aplaudió efusivo. Seguramente nadie se imaginaba que esas dos interpretaciones servirían para contrastar con lo que vendría después (por lo menos eso me pareció).

Para introducir a Diego Schissi, que tocó junto con el bandoneonista Santiago Segret, el maestro avisó que la propuesta del músico era innovadora. "Estamos frente a un creador", fueron sus palabras para definirlo. También dijo que los ensayos aquella última semana habían sido muy intensos, justamente para intentar comprender las obras y el estilo del argentino. Cuando Astor, de pibe empezó a sonar, todo eso quedó evidente. Vean un video de esa composición e imagínenla con una orquesta enorme atrás.

Diego Schissi escapa de las formas tradicionales del tango. El ritmo de sus composiciones a veces no es fácil, pero su música transpira emoción. Termino el post con Líquido 3, mi favorita, en una versión del Quinteto Diego Schissi.



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Un ejemplo de cómo se invierte el palco del Auditório Ibirapuera: proyección de la película Metrópolis, al aire libre y con música de la Jazz Sinfônica. Foto del blog Autossuficiência.



Y otra foto de acá para entender el edificio:

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