29.10.12

Me quiero escapar al parque

Hace ya unos dos años que repito una actitud un poco masoquista. En los días muy, pero muy lindos que San Pablo nos regala, después del almuerzo, mientras estamos tomando el cafecito y preparándonos para enfrentar el segundo round del día, le digo a una de mis compañeras del trabajo: E aí, Vivi, vamos no Ibirapuera hoje?

Qué ganas de escaparme al pasto, de tirarme, dejar que la cabeza baje un poco las revoluciones y que el cuerpo disfrute de un aire un poquito más puro. El Parque Ibirapuera es el pulmón de San Pablo. Con 1,500,000 m² aproximadamente de área verde, se llena los fines de semana de gente con muchas ganas de hacer ejercicio, de otros un poco más perezosos, de ciclistas esporádicos, de adolescentes, de familias y de tribus urbanas. El Ibirapuera tiene espacio para todos.

Allí está el edifício de la Fundación Bienal, en donde se realiza cada dos años la Bienal de Arte, y que también recibe otros eventos, como la São Paulo Fashion Week (SPFW). El parque también alberga el Museu de Arte Contemporânea (MAC), el Museu de Arte Moderna (MAM) y el Museu Afro Brasil. Sin contar el Auditorio Ibirapuera, del cual soy fanática y ya escribí en este blog. Opciones, como siempre, no faltan.



Si bien ya he ido al Ibirapuera sábados y domingos, durante la semana me agarran más ganas. El día a día paulistano te consume las energías -- claro que depende de la profesión, pero creo que es difícil no sentirse oprimido en una ciudad con tanto cemento. El parque se revela como un pequeño paraíso en el medio de la ciudad.

Nunca pude cumplir ese deseo de salir en el medio de la semana -- así, de la nada -- para caminar sin preocupaciones por el Ibirapuera. Una vez, llegué a ir a hacer una nota al parque, pero no vale porque fui por trabajo. En 2010, aproveché un franco (en portugués, el término sería folga) para ir a la Bienal y pasear un rato. Y el primer día de mis vacaciones este año también lo pasé en el parque. Curioso hacer esta restrospectiva. No me consideraba una persona tan necesitada de verde. Pero tal vez son urgencias inconscientes de contacto con la naturaleza, quien sabe.

San Pablo no tiene puntos turísticos muy claros, como el Cristo Redentor y el Pão de Açúcar en Rio de Janeiro -- eso será tema de otro post. Por eso hay que buscar lugares menos convencionales para conocer la ciudad. El Parque Ibirapuera es uno de ellos. No por reflejar la ciudad, sino quizá por mostrar lo que los paulistanos añoran después de tantos días grises.



Parque Ibirapuera
www.parquedoibirapuera.com
Av. Pedro Álvares Cabral – Moema

pd: ah, la única desventaja es que el parque queda lejos, en la zona sul de la ciudad. Si hubiera una estación de tren o subte más cerca, iria mucho más seguido

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