19.4.13

Demasiado mini

Antes de que Maru* llegara a San Pablo, ya habíamos arreglado que iríamos a almorzar un día a Z-Deli Sanduíches. Ella estaba al tanto de la buena fama del lugar y yo había leído una nota que me tentó a visitarlo. El último sábado, después de llevarla a conocer el maravilloso mundo de la calle 25 de Março, de visitar su departamento y de pasear por su nuevo barrio, Jardins, fuimos al destino tan aguardado.

El nombre de Z-Deli Sanduíches ya delata cuál es su especialidad. Y lo hace muy bien. Pero tal vez lo que llama más la atención es cómo consigue, en tan pocos metros cuadrados, dejar tan felices a sus clientes. Hay sólo tres mesas y algunas banquetas altas para los que quieren comer en la barra. Para llegar a donde estábamos sentadas, la moza tenía que salir a la calle y volver a entrar al deli. Cada vez que veía la escena, mentalmente me cuestionaba cómo tenía paciencia para tantas vueltas.

Todos esos obstáculos, que podrían ser negativos, se transforman en el gran encanto y atractivo del restaurante. Sí, pues te obliga a prestarle atención a los detalles. Al estar tan cerca de la cocina, pude ver como eran armados varios sandwiches, hamburguesas y ensaladas. También el espacio limitado me ayudó a descubrir, en la estantería que estaba en el extremo opuesto de mi mesa, dos libros de comida judía.



Para personas indecisas como yo, el menú de Z-Deli ayuda. Hay poca opción para cada categoría (para el postre sólo ofrecen un cheesecake, por ejemplo). Pero el problema es que todo parece demasiado rico, lo cual dificulta las cosas. Tanto Maru como yo elegimos la hamburguesa President, porque nos intrigaba el ingrediente manteca en el sandwich. Correspondió a nuestras expectativas — o mejor, las superó. Lo acompañamos con unas calóricas papas fritas Z-Deli (que sería algo parecido a papas a la provenzal). Y para terminar, probamos el único postre del menú. Enorme y delicioso, como todo el resto de los platos.

Vale la pena corroborar la buena fama de este deli. Pero nada de quejas por estar muy apretado.


* Maru es Mariana Ayam, argentina. Es una de mis mejores amigas, se mudó hace menos de un mes a San Pablo y todavía me estoy acostumbrando a la feliz idea de haber vuelto a vivir en la misma ciudad.

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